Desde Moulin Rouge hasta Sta Wars, Ewan McGregor ha logrado que su capacidad interpretativa sea, sin dudas, una de las más requeridas en el ámbito cinematográfico.
Desde niño quedaba cautivado por la pantalla gigante al ver actuar a su tío, Dennis Lawson. En especial con aquella en donde se veía en medio de una guerra galáctica, plagada de robots y princesas. Quién iba decir que él se encontraría envuelto en la mismo entorno, veintitrés años después, de la mano de George Lucas.
A los dieciséis años abandonó los estudios convencionales para ir de gira junto a la compañía teatral Perth Repertory Theatre in Scotland. Cuando descubrió que interpretando era feliz, que realmente era lo a lo quería dedicarse el resto de su vida, se embarcó en su aventura definitiva. Viajó a Londres, donde estudió en la Escuela de Música y Drama Guildhall.
Pasó de la escuela a la pequeña pantalla, participando en una larga lista de series que dieron su rostro a conocer.
Robin Williams, le dio la oportunidad de debutar en la gran pantalla, en uno de sus no tan exitosos films, “Being Human” en 1993.
Un año después participó en un thriller, que mantuvo a los espectadores en vilo durante toda la película, “Shallow Grave”.
Luego de este rodaje, los directores empezaron a barajar su nombre como posibilidad en las grandes producciones. Pero se mantuvo fiel a su mentor: Danny Boyle.
Rodaron un filme desgarrador, basado en el libro de Irvine Welsh, “Trainspotting”, en él protagonizaba a un drogadicto inmerso en el bajo-mundo de escocia.
A partir de aquí se habría ganado su lugar en la escena, películas como Molin Rouge y Star Wars, donde participó en las tres películas correspondientes a la continuación de la saga de Lucas, alcanzando finalmente el estrellato.